"... si después de pasar por una época tan tenbrosa ves que queda un atisbo de felicidad en tu interior, no te queda más remedio que agarrar esa felicidad de los tobillos y no soltarla aunque termines con la cara manchada de barro.
No lo haces por egoísmo, sino por obligación.
Te han dado la vida y tienes la obligación ( y el derecho, como ser humano que eres) de hallar la belleza de la misma, por mínima que sea..."
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